JURISTA NACIENTE

 

En el foro de la vida, el jurista naciente, una sentencia inesperada, destino complaciente. El pergamino aún fresco, la toga sin mancilla, en su alma, un secreto, una esfera amarilla.

El jardín de sus días, de pétalos inciertos, bajo la sombra de dudas, germina un desierto. El legado insospechado, un brote de raíz, en el suelo de sus manos, la vida es cicatriz.

En el lienzo del tiempo, se esboza el retrato, pinceladas inciertas, el futuro en un plato. El pequeño enigma, una sonrisa en marfil, la mirada del niño, un universo hostil.

En el abrazo del viento, en el eco del silencio, el abogado novato, en su ser hay un incendio. El saber no es suficiente, la ley no es su aliento, en el arte de ser padre, busca el juramento.

En los pasos sin huellas, en el laberinto oscuro, el abogado nuevo, busca el norte seguro. La balanza en su mano, la cuna en su regazo, en el libro de la vida, un capítulo abrazo.

En el alma de acero, en la piel de papel, el abogado y padre, un ser de miel y hiel. En el proceso de aprender, en el amor sin fin, se entreteje el poema de lo que siempre fue y es porvenir.

ATT. MARVIN MONTALVO

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